Crisis o muerte: los algoritmos dan la espalda a los medios de contenidos virales

Ya está aquí la primera crisis de los medios nativos digitales, aquellos de los titulares que enganchan y las listas infinitas, aquellos que bebieron de las oportunidades de viralidad de «papá Facebook». Pero ya empezamos a conocer la aparente generosidad de «papá Facebook»: siempre tiene trampa.

Hace poco más de un año, Mark Zuckerberg, fundador y director ejecutivo de la red social, hizo saltar las alarmas en muchos medios de comunicación al anunciar un cambio en el algoritmo a la plataforma que daría prioridad a las «interacciones sociales más significativas». Los resultados han sido desoladores. En los meses que llevamos de 2019, en España han cerrado ya Eslang y la delegación de BuzzFeed, y PlayGround ha despedido a 60 trabajadores.

En el ámbito internacional, los sitios webs de referencia del nuevo periodismo viral han acusado el golpe de Facebook. El Huffington Post ha prescindido de un 20% de sus trabajadores, Vice Media ha despedido a 250 trabajadores, y BuzzFeed ha recortado en un 15% (unas 200 personas) su plantilla. En total, en Estados Unidos se han destruido ya un millar de puestos de trabajo.

Facebook crea, Facebook destruye

Muchos hablan ya de la primera crisis de los medios nativos digitales, aquellos que se suponía que habían llegado para renovar el periodismo. Y muchos otros se preguntan: ¿es una crisis o un golpe mortal? ¿Son los medios nativos digitales realmente un nuevo modelo de negocio dentro del periodismo, o simplemente una moda que ha tenido una vida corta? ¿Puede el periodismo digital, en definitiva, ser rentable?

El abanico de medios digitales nacidos en la última década siguiendo el modelo BuzzFeed, bebían todos de la misma fuente: los gigantes tecnológicos, como Facebook o Google, y la visibilidad facilitada por sus algoritmos. Se adaptaron a ellos y ganaron mucho. Los algoritmos les trajeron prosperidad, y los algoritmos les han hundido en la miseria.

Esta crisis, una muestra de que el periodismo no puede depender de las plataformas basadas en algoritmos en constante cambio, coincide con el aparente éxito del modelo de los muros de pago a las versiones digitales de los grandes medios de comunicación tradicionales como el New York Times o el Washington Post, o el modelo de donaciones del The Guardian.

Con la rentabilidad de las noticias digitales (y gratuitas) puesta en duda (y la amenaza de las fake news), el mundo del periodismo vuelve a creer, al menos de momento, en el valor de la profesión y el precio de los contenidos.

Crisis o muerte: los algoritmos dan la espalda a los medios de contenidos virales

Ya está aquí la primera crisis de los medios nativos digitales, aquellos de los titulares que enganchan y las listas infinitas, aquellos que bebieron de las oportunidades de viralidad de «papá Facebook». Pero ya empezamos a conocer la aparente generosidad de «papá Facebook»: siempre tiene trampa.

Hace poco más de un año, Mark Zuckerberg, fundador y director ejecutivo de la red social, hizo saltar las alarmas en muchos medios de comunicación al anunciar un cambio en el algoritmo a la plataforma que daría prioridad a las «interacciones sociales más significativas». Los resultados han sido desoladores. En los meses que llevamos de 2019, en España han cerrado ya Eslang y la delegación de BuzzFeed, y PlayGround ha despedido a 60 trabajadores.

En el ámbito internacional, los sitios webs de referencia del nuevo periodismo viral han acusado el golpe de Facebook. El Huffington Post ha prescindido de un 20% de sus trabajadores, Vice Media ha despedido a 250 trabajadores, y BuzzFeed ha recortado en un 15% (unas 200 personas) su plantilla. En total, en Estados Unidos se han destruido ya un millar de puestos de trabajo.

Facebook crea, Facebook destruye

Muchos hablan ya de la primera crisis de los medios nativos digitales, aquellos que se suponía que habían llegado para renovar el periodismo. Y muchos otros se preguntan: ¿es una crisis o un golpe mortal? ¿Son los medios nativos digitales realmente un nuevo modelo de negocio dentro del periodismo, o simplemente una moda que ha tenido una vida corta? ¿Puede el periodismo digital, en definitiva, ser rentable?

El abanico de medios digitales nacidos en la última década siguiendo el modelo BuzzFeed, bebían todos de la misma fuente: los gigantes tecnológicos, como Facebook o Google, y la visibilidad facilitada por sus algoritmos. Se adaptaron a ellos y ganaron mucho. Los algoritmos les trajeron prosperidad, y los algoritmos les han hundido en la miseria.

Esta crisis, una muestra de que el periodismo no puede depender de las plataformas basadas en algoritmos en constante cambio, coincide con el aparente éxito del modelo de los muros de pago a las versiones digitales de los grandes medios de comunicación tradicionales como el New York Times o el Washington Post, o el modelo de donaciones del The Guardian.

Con la rentabilidad de las noticias digitales (y gratuitas) puesta en duda (y la amenaza de las fake news), el mundo del periodismo vuelve a creer, al menos de momento, en el valor de la profesión y el precio de los contenidos.