Tecnología a favor de los sordos

No son pocas las reservas que han provocado las nuevas tecnologías desarrolladas en torno al teléfonos inteligentes. Cuando vemos un grupo de jóvenes sentados en la mesa en un café, en silencio y hechizados por sus pequeñas pantallas, no son pocos los que se preguntan: ¿hasta qué punto nos estamos desconectando en esta llamada era de la conectividad?

Las nuevas vías de comunicación instantáneas y gratuitas quizá han hecho enmudecer una parte de la población, pero hay otra a la que más de una de las nuevas tendencias del mercado ha beneficiado significativamente. Son las personas con discapacidad auditiva, a quien las nuevas tecnologías de la comunicación han hecho un gran favor.

Antes del auge de Internet, para poder conversar en lengua de signos las personas sordas acudían a las asociaciones, eje de su vida social, o lo hacían con la familia y los amigos más cercanos que podían firmar. Si querían comunicarse con otra persona sorda sin intermediarios, la única solución era cara a cara, por fax o por carta. La era de la telefonía tradicional no les hizo un gran servicio.

Instantánea y visual

La llegada de Internet y la popularización de las diversas aplicaciones de mensajería instantánea lo cambió todo. Tanto los mensajes escritos como la posibilidad de enviar fotografías y especialmente vídeos, al instante ha abierto todo un mundo de posibilidades de comunicación virtual que no requieren ni comunicación oral ni intermediarios.

Otras tendencias generalizadas, como el acceso a películas en línea con subtítulos o el uso de recursos educativos visuales e interactivos facilitados por las nuevas tecnologías, también les ha beneficiado enormemente y ha contribuido a su integración y relación con las personas hablantes.

Quizás ha sido accidental, pero para los 360 millones de personas que, según datos de la OMS, tienen deficiencias auditivas en todo el mundo, las redes sociales han supuesto una oportunidad de conexión sin precedentes, tanto entre personas sordas como con los oyentes. En un grupo de Whatsapp, por ejemplo, difícilmente se ve la diferencia. Tanto las palabras escritas como los emoticonos significan lo mismo para todos.

Tecnología a favor de los sordos

No son pocas las reservas que han provocado las nuevas tecnologías desarrolladas en torno al teléfonos inteligentes. Cuando vemos un grupo de jóvenes sentados en la mesa en un café, en silencio y hechizados por sus pequeñas pantallas, no son pocos los que se preguntan: ¿hasta qué punto nos estamos desconectando en esta llamada era de la conectividad?

Las nuevas vías de comunicación instantáneas y gratuitas quizá han hecho enmudecer una parte de la población, pero hay otra a la que más de una de las nuevas tendencias del mercado ha beneficiado significativamente. Son las personas con discapacidad auditiva, a quien las nuevas tecnologías de la comunicación han hecho un gran favor.

Antes del auge de Internet, para poder conversar en lengua de signos las personas sordas acudían a las asociaciones, eje de su vida social, o lo hacían con la familia y los amigos más cercanos que podían firmar. Si querían comunicarse con otra persona sorda sin intermediarios, la única solución era cara a cara, por fax o por carta. La era de la telefonía tradicional no les hizo un gran servicio.

Instantánea y visual

La llegada de Internet y la popularización de las diversas aplicaciones de mensajería instantánea lo cambió todo. Tanto los mensajes escritos como la posibilidad de enviar fotografías y especialmente vídeos, al instante ha abierto todo un mundo de posibilidades de comunicación virtual que no requieren ni comunicación oral ni intermediarios.

Otras tendencias generalizadas, como el acceso a películas en línea con subtítulos o el uso de recursos educativos visuales e interactivos facilitados por las nuevas tecnologías, también les ha beneficiado enormemente y ha contribuido a su integración y relación con las personas hablantes.

Quizás ha sido accidental, pero para los 360 millones de personas que, según datos de la OMS, tienen deficiencias auditivas en todo el mundo, las redes sociales han supuesto una oportunidad de conexión sin precedentes, tanto entre personas sordas como con los oyentes. En un grupo de Whatsapp, por ejemplo, difícilmente se ve la diferencia. Tanto las palabras escritas como los emoticonos significan lo mismo para todos.