Scandal, unas relaciones públicas muy especiales

El miércoles 3 de julio Cuatro estrenó la serie ‘Scandal‘. La protagonista es Olivia Pope, “experta en Relaciones Públicas” que trabaja para “evitar que los trapos sucios” de sus “poderosos” clientes “acaparen las portadas de los periódicos”. La serie se presenta como una explicación del trabajo de una agencia de relaciones públicas que, todo sea dicho, poco tiene que ver con las agencias de relaciones públicas del mundo real.

Según explica la cadena, Pope & Associates, la agencia ficticia en la que se basa la serie, es especialista en gestión de crisis, porque encara a “situaciones límite y amenazas de escándalo” que van desde trabajar con un dictador a “defender un marine acusado de matar a una amiga”. Los métodos de trabajo también son sorprendentes: “Olivia Pope confia en sus instintos a la hora de resolver un problema”. Nada de análisis, definición de objetivos, estrategia y diseño de acciones.

Es evidente que Scandal es “una agencia muy especial”, como dice la cadena, y que estas “situaciones límite” se sitúan muy lejos de la línea roja del código ético de la profesión. Aunque, como en cualquier sector, existen prácticas poco éticas y lamentables, las agencias de relaciones públicas trabajamos bajo códigos de conducta como el de la Asociación de Directivos de Comunicación (DIRCOM) o el de ADECEC o un código de obligado cumplimiento para los miembros que, entre otras cosas, señala que nuestro trabajo debe realizarse “con honestidad, integridad y transparencia”.

Scandal, unas relaciones públicas muy especiales

El miércoles 3 de julio Cuatro estrenó la serie ‘Scandal‘. La protagonista es Olivia Pope, “experta en Relaciones Públicas” que trabaja para “evitar que los trapos sucios” de sus “poderosos” clientes “acaparen las portadas de los periódicos”. La serie se presenta como una explicación del trabajo de una agencia de relaciones públicas que, todo sea dicho, poco tiene que ver con las agencias de relaciones públicas del mundo real.

Según explica la cadena, Pope & Associates, la agencia ficticia en la que se basa la serie, es especialista en gestión de crisis, porque encara a “situaciones límite y amenazas de escándalo” que van desde trabajar con un dictador a “defender un marine acusado de matar a una amiga”. Los métodos de trabajo también son sorprendentes: “Olivia Pope confia en sus instintos a la hora de resolver un problema”. Nada de análisis, definición de objetivos, estrategia y diseño de acciones.

Es evidente que Scandal es “una agencia muy especial”, como dice la cadena, y que estas “situaciones límite” se sitúan muy lejos de la línea roja del código ético de la profesión. Aunque, como en cualquier sector, existen prácticas poco éticas y lamentables, las agencias de relaciones públicas trabajamos bajo códigos de conducta como el de la Asociación de Directivos de Comunicación (DIRCOM) o el de ADECEC o un código de obligado cumplimiento para los miembros que, entre otras cosas, señala que nuestro trabajo debe realizarse “con honestidad, integridad y transparencia”.