Vigilancia online y derechos civiles: el Internet que queremos

Hace días que el caso de espionaje en Estados Unidos copa titulares en todo el mundo. Las filtraciones de Edward Snowden, trabajador de una subcontrata de la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU, ha desvelado el programa secreto de vigilancia del gobierno estadounidense, que permite registrar y analizar los datos generados por la actividad de los usuarios de Internet, no sólo estadounidenses.

Una de las informaciones más impactantes ha sido la colaboración de los gigantes de Internet que facilitan el acceso a los datos de los usuarios, como Facebook, Google, Yahoo! o Skype. Compañías que forman parte de la vida cotidiana de miles de millones de personas de todo el mundo, que gestionan nuestras comunicaciones más íntimas y que constituyen un canal de expresión e interacción sin precedentes.

Internet ha demostrado ser una magnífica plataforma para la innovación, la organización de la sociedad civil, la internacionalización y la comunicación global. Pero lo es también para la difusión de discursos de odio, acoso y los abusos contra derechos fundamentales como la libertad de expresión y la privacidad, tanto por parte de compañías privadas como de gobiernos.

La necesaria regulación de Internet, uno de los mayores retos políticos de este siglo, debe garantizar la protección de los derechos civiles y establecer los mecanismos de control democrático que aseguren que gobiernos y compañías los respetan. El carácter global de la red, sin embargo, hace este reto especialmente complejo. Para ello se han creado instituciones independientes como la Global Network Initiative, que busca impulsar el compromiso de las grandes compañías del sector de las TIC con los derechos a la libertad de expresión ya la privacidad, independientemente de las presiones que reciban de los distintos gobiernos.

Mientras tanto, cualquier cosa menos indiferencia. Todos los sectores sociales seremos responsables del mundo que vendrá y las comunicaciones, bien lo sabéis, tienen reservado un papel protagonista.

Vigilancia online y derechos civiles: el Internet que queremos

Hace días que el caso de espionaje en Estados Unidos copa titulares en todo el mundo. Las filtraciones de Edward Snowden, trabajador de una subcontrata de la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU, ha desvelado el programa secreto de vigilancia del gobierno estadounidense, que permite registrar y analizar los datos generados por la actividad de los usuarios de Internet, no sólo estadounidenses.

Una de las informaciones más impactantes ha sido la colaboración de los gigantes de Internet que facilitan el acceso a los datos de los usuarios, como Facebook, Google, Yahoo! o Skype. Compañías que forman parte de la vida cotidiana de miles de millones de personas de todo el mundo, que gestionan nuestras comunicaciones más íntimas y que constituyen un canal de expresión e interacción sin precedentes.

Internet ha demostrado ser una magnífica plataforma para la innovación, la organización de la sociedad civil, la internacionalización y la comunicación global. Pero lo es también para la difusión de discursos de odio, acoso y los abusos contra derechos fundamentales como la libertad de expresión y la privacidad, tanto por parte de compañías privadas como de gobiernos.

La necesaria regulación de Internet, uno de los mayores retos políticos de este siglo, debe garantizar la protección de los derechos civiles y establecer los mecanismos de control democrático que aseguren que gobiernos y compañías los respetan. El carácter global de la red, sin embargo, hace este reto especialmente complejo. Para ello se han creado instituciones independientes como la Global Network Initiative, que busca impulsar el compromiso de las grandes compañías del sector de las TIC con los derechos a la libertad de expresión ya la privacidad, independientemente de las presiones que reciban de los distintos gobiernos.

Mientras tanto, cualquier cosa menos indiferencia. Todos los sectores sociales seremos responsables del mundo que vendrá y las comunicaciones, bien lo sabéis, tienen reservado un papel protagonista.