Operación Impala

La arena tostada bajo el Sol abrasador se agita sobre las dunas tunecinas. Tres saetas escarlatas buscan un hito sin precedentes: cruzar el continente africano de abajo arriba, desde Sudáfrica a Túnez.

La Baobab, la Lucharniega y la Perla. No son la Pinta, la Niña y la Santa María, pero se asemejan. Tres motocicletas preserie del modelo Impala de Montesa consiguen cruzar 20.000 km en sólo 100 días. La llamada Operación Impala fue un éxito sin precedentes que sirvió para catapultar Montesa como referente de diseño y calidad. Una aventura insólita ideada por un joven piloto entusiasta de Montesa, Oriol Regàs.

Memorias de África

La Operación Impala resultó perfecta para relanzar Montesa. Significaba aventura, retos, superación y victoria. La motocicleta Impala era una moneda lanzada al aire por el fundador de Montesa, Pere Permanyer, tras la salida de su socio Francesc X. Bultó para fundar Bultaco. Un modelo que partía de 0 y que necesitó de 3 años para consolidarse. La motocicleta destinada a forjar el presente y el futuro de la compañía. Y se convirtió en un icono.

Desde la brisa marina de Ciudad del Cabo, la expedición surco los parajes de la sabana. El interés mediático reaccionó rápidamente. Reventones, caídas y problemas de todo tipo. Las crónicas enviadas por los periodistas no cesaban de llegar mientras rastreaban el periplo de dificultades inimaginables para aquella época.

La Impala tumbó los muros del imaginario colectivo de Barcelona durante 100 días. Los cinco pilotos fueron acogidos como héroes en su retorno. El logro fue tal que decidieron cambiar el nombre definitivo del prototipo de «Montjuïc» a «Impala», en honor a la Operación y a los antílopes africanos que comparten el nombre. La experiencia sirvió, además, para refinar el modelo definitivo.

Viva Montesa

Un producto exigente, sofisticado y de calidad, reconocido por los éxitos deportivos, la aceptación del mercado y la estima de sus seguidores.

Dos semanas más tarde, la Montesa Impala 175 fue presentada con su característico motor monobloque. La mixtura perfecta de diseño, técnica y competitividad, merecedora del Delta de Oro ADI-FAD al mejor diseño industrial de 1962. El resto es historia.

Operación Impala

La arena tostada bajo el Sol abrasador se agita sobre las dunas tunecinas. Tres saetas escarlatas buscan un hito sin precedentes: cruzar el continente africano de abajo arriba, desde Sudáfrica a Túnez.

La Baobab, la Lucharniega y la Perla. No son la Pinta, la Niña y la Santa María, pero se asemejan. Tres motocicletas preserie del modelo Impala de Montesa consiguen cruzar 20.000 km en sólo 100 días. La llamada Operación Impala fue un éxito sin precedentes que sirvió para catapultar Montesa como referente de diseño y calidad. Una aventura insólita ideada por un joven piloto entusiasta de Montesa, Oriol Regàs.

Memorias de África

La Operación Impala resultó perfecta para relanzar Montesa. Significaba aventura, retos, superación y victoria. La motocicleta Impala era una moneda lanzada al aire por el fundador de Montesa, Pere Permanyer, tras la salida de su socio Francesc X. Bultó para fundar Bultaco. Un modelo que partía de 0 y que necesitó de 3 años para consolidarse. La motocicleta destinada a forjar el presente y el futuro de la compañía. Y se convirtió en un icono.

Desde la brisa marina de Ciudad del Cabo, la expedición surco los parajes de la sabana. El interés mediático reaccionó rápidamente. Reventones, caídas y problemas de todo tipo. Las crónicas enviadas por los periodistas no cesaban de llegar mientras rastreaban el periplo de dificultades inimaginables para aquella época.

La Impala tumbó los muros del imaginario colectivo de Barcelona durante 100 días. Los cinco pilotos fueron acogidos como héroes en su retorno. El logro fue tal que decidieron cambiar el nombre definitivo del prototipo de «Montjuïc» a «Impala», en honor a la Operación y a los antílopes africanos que comparten el nombre. La experiencia sirvió, además, para refinar el modelo definitivo.

Viva Montesa

Un producto exigente, sofisticado y de calidad, reconocido por los éxitos deportivos, la aceptación del mercado y la estima de sus seguidores.

Dos semanas más tarde, la Montesa Impala 175 fue presentada con su característico motor monobloque. La mixtura perfecta de diseño, técnica y competitividad, merecedora del Delta de Oro ADI-FAD al mejor diseño industrial de 1962. El resto es historia.